miércoles, 23 de diciembre de 2009

Apuntes para discutir, y quizá expandir o anular al Presentismo

Hace poco y animada por la publicación anterior, intercambié una serie de correos que me parecieron muy interesantes para compartirlos con aquellos que no están convencidos con el Presentismo. Coloqué sólo las partes más resaltables que en parte desarrollan algunos puntos no incluidos en el manifiesto y por otro abren la discusión para ustedes, sobre algunas cuestiones del arte, la tradición y el individuo; sírvanse de alegar libremente:


A.

INDIVIDUO: El individuo actual carece de identidad; es voluble tanto en aspectos morales y sociales como en sus mismos procesos lógicos. Esto como resultado de una cultura apegada al concepto de lo velociferino y a la idolatría del zapping. Producto de lo anterior, el individuo actual —digamos, contemporáneo del mañana— es maleable y fácilmente influenciable. El resultado ulterior es que su atención y sus ideas sean la emulación de los fenómenos anteriormente establecidos.

LISA: Cada individuo tiene identidad. Si se pone a hacer el zapping es porque ya conoce los programas de la television que siempre son iguales. Por eso hace el zapping, para encontrar un programa que pertenece a su identidad y estado de ánimo, con lo cual se puede identificar. Si hay 40 canales de videoshopping pero quiere ver un programa deportivo, es normal que se ponga a hacer zapping. No es que le falte identidad, sino que la tiene. A partir del momento de elegir un programa después de una fase del zapping, vive su identidad.
¿No es parte del desarollo del individuo el que se cambie entre el pasado, el presente y el futuro? ¿No es así que se crea una cultura de costumbres, basada en lo que anteriormente se usaba hacer pero añadiedo su toque personal? Hay que guardar cómo es el "ahora", pero para poder guardarlo, es indispensable identificarlo en relación al pasado.


B.

INDIVIDUO: El contacto del individuo con su sociedad y su contexto resulta imposible como consecuencia de los dos aspectos anteriores. Es decir, dos individuos que han exaltado hasta este punto su individualidad cohabitan un espacio, pero son incapaces de establecer cualquier contacto comunicativo dado que no les queda ningún ancla o punto de partida común; ergo: no tienen absolutamente nada de qué hablar puesto que sus ideas se encuentran ya en otro lugar incluso antes de dar comienzo a la conversación.

LISA: Es una pregunta del ambiente, del estado de ánimo, de la relación de las dos personas. Si el individuo es tan fácilmente influenciable, ¿no sería mucho más sencillo tener una conversación bajo este efecto, aunque no sea muy profunda?


C.

INDIVIDUO: La estética de una época siempre se ve marcada, no por las ideas que se discuten, sino por aquellas que se dan por sentado. Si aceptamos que todo lo anterior es, no nos queda más que abrazarnos a una estética de lo inasible; especifico: jamás de lo efímero, sólo de aquello que antes de ser evocado ya ha cambiado su naturaleza, de la idea que encuentra su validez, su nicho, únicamente en el momento en el que habita; imposible de rastrear, pues sus antecesoras pertenecen a la misma naturaleza, e imposible de proponer, puesto que el río ha cambiado su curso antes de que lleguemos a beber de él, y lo seguirá haciendo sin una causa ni propósito particular. Postulo entonces la sustitución del presente por el “ya”, aunado a la búsqueda del arte en caminos poco explorados.

LISA: Desde el punto de vista costumbrista, más bien lo anterior fue y el ahora es. Postulo entonces la sustitución del presente por el "aún". Para tener un "ya" es indispensable un "aún".


D.

INDIVIDUO: La literatura, con su excelente memoria, me es inútil a huelga de su alcance publicitario.
La pintura, la escultura y la fotografía, artes de preservación del instante, me parecen despreciables a excepción de las hojas que arrastran los automóviles por los parques y las aceras.
La pintura conserva cierto mérito por su experimentación con las vanguardias (surrealismo y dadaísmo son mi parteaguas).
El teatro, la danza y el cine podrían tener buenas incursiones en esta propuesta, por ejemplo con ensambles, improvisaciones, happenings, entre otros.
La música es el único arte verdadero, dualista entre lo abstracto y lo concreto.

LISA: La literatura es el mejor medio para recordar el pasado y a través de su distancia de temporal se hace más útil con cada día. Tanto el pasado como el presente sirven. El pasado para la memoria y el presente para hacer comparaciones e identificarse con el ahora.
Si estas artes [la pintura, la escultura y la fotografía] realmente son "la preservación del instante" no deberían parecer despreciables a un presentista. Así mismo, las artes instantáneas reflejan cómo interpretó un pueblo en una época las costumbres, el medio ambiente o su historia.


E.

INDIVIDUO: Una estética no se demuestra únicamente a través de las artes, ella es el reflejo de toda una época; así que la manifestación absoluta de lo que se ha construido como presentismo, será la gente: la oralidad como una serie de reconocimientos desarticulados de la realidad, lejana o próxima, que dialogue con lo absurdo, lo inacabado y lo inútil.

LISA: La realidad es que la oralidad de la gente es indispensable para absorber el espíritu de un pueblo. Y esta realidad dialogua con lo concreto, lo acabado y lo útil. Para la manifestación de la gente de una época hay que ver lo pasado.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Un email interesante

A continuación les dejo algo que recibí hace poco a mi correo. La razón por la que decidí publicarlo en un post especial es porque me interesa que ustedes, amables u hostiles lectores, opinen y decidan al respecto:

El individuo:

Me parece un aspecto valioso el hecho de que te hayas tomado el tiempo para inventariar estos nuevos rasgos del sujeto moderno, y aún más, para etiquetarlo bajo un neologismo (cuando menos en términos de arte). Sin embargo creo que tal etiqueta es inadecuada. En vez de Presentismo, creo que lo tuyo es un neocostumbrismo específico.

Antes de hablar sobre mi postura, quisiera hacer una observación sobre la tuya.

Noto cierta inconsistencia en tu forma de construir al sujeto; por un lado dices que es un ser voluble, afianzado al zapping del mercado y del presente; pero por otro lado, insistes en que la definición de los contenidos se hace cada vez más volátil, cosa que se deriva de la naturaleza del sujeto y la manera instantánea en que éste se vuelca sobre muchos vértices.

Incluso, tu propuesta se inclina más hacia esta segunda parte que te describo, y en dado caso ¿Qué sentido tendría construir una plataforma estética en relación con un sujeto que es, en el mejor de los casos, un ente vacío?

Retomando mi punto de vista, si partimos de un principio elemental sobre el costumbrismo que sugiere que la realidad contiene al sujeto y a los objetos, pero es éste, el sujeto, el que transforma al objeto. Cabría, entonces, la idea de que aquella dispersión vital no es inherente a la naturaleza humana, sino el producto de una voluntad constantemente actualizada por las posibilidades de la comunicación e incomunicación. Así, un teléfono celular, un Iphone, una laptop o el televisor de un establecimiento, serían instrumentos fortuitos de esa voluntado y no instancias del aislamiento y la rutina.

Por otra parte, si llevamos cualquiera de las escenas que describiste como ejercicio literario, a un referente gráfico, ¿qué ves? Yo, de la forma más lineal, un cuadro de costumbres. Por ejemplo: 3 chicas se sientan en una mesa, y se ponen a escribir algún mensaje con celular hasta que a alguna se le ocurra de qué hablar.

Tal vez sería otra cosa si replantearas la construcción estética, no como un producto catalizador de lo inasible, sino como una representación fragmentada del ser.

No sé si así resulta una nueva vanguardia, pero, cuando menos, dejará de ser neocostumbrismo.

Abrazos


Diego

miércoles, 16 de diciembre de 2009

EL MANIFIESTO PRESENTISTA

Una corriente estética tiene necesariamente que construirse a partir de tres partes, por lo menos: el individuo, la tradición y sus procesos creativos. Los anteriores forman una unidad en la multiplicidad difícil de separar, estrechamente entrelazados.

I.

No hay arte sin artista, podemos estar de acuerdo en ello, punto crucial que bastaría para justificar la mención del individuo en este apunte, pero su efecto es uno todavía más grande. Como en todo, para poder comprender un fenómeno complejo es necesario desmembrarlo hasta sus mínimas partes, de esta forma, viendo una particularidad se pueden comenzar a hacer inferencias acerca del todo; así, desde una mirada sincretista, podemos tomar al individuo como un comprimido o resultado de su contexto, el total de factores que lo rodean lo moldean tanto de manera conciente como inconciente. El hombre es una muestra de su cultura, dado que se rige por ella a la vez que la alimenta y la transforma (en la medida en que se relacione con otros hombres).


II.

Tradición es una palabreja tramposa, pues tiene distintas acepciones que dependen del espacio en el que se esté utilizando, pero aquí me referiré a ella como un concepto lo más absorbente posible, casi absoluto. Se puede hablar de sociedad, cultura, historia, costumbres, sobreentendidos, mitos, corrientes, ética y moral: finalmente, movilidad de la información útil (verbigracia); bueno, pues todo eso y más son la tradición. Así, pues, el verdadero artista debe tener una comprensión poco más que aceptable de la tradición para poder participar en ella. Huelga decir que incluso las estéticas que reniegan del resto y luchan por una originalidad absoluta necesitan entender su tradición (no se puede estar en contra del dadaísmo, por ejemplo, si no se tiene buen conocimiento de él y de aquello con lo que se relaciona).


III.

PRESENTISMO: Sustantivo, masculino. Estética que refleja la imposibilidad del individuo contemporáneo para sostener su atención en una sola cosa por el tiempo suficiente que le permita pasar del entendimiento capilar; admite la existencia de una tradición y de un bagaje, e incluso el conocimiento de ambos, pero más como una noción, como un eco que nos suena y nos resuena familiar, no obstante, desprovisto e incapaz de una manipulación completa de ella.

PRESENTISMO: Actitud observadora y distraída. Turista que compra un tour por 32 ciudades europeas en una semana, llega corriendo al Coliseo, a la puerta de Alcalá y al museo del Louvre para tomar una fotografía y volver al camión; finalmente tendrá por lo menos treinta y dos fotografías nuevas en su álbum y el recuerdo de “un lindo restaurante en el aeropuerto donde probó las mejores enchiladas suizas de su vida, ¿o fue acaso una hamburguesa?”.

PRESENTISMO: Fenómeno lógico que tiende hacia lo ilógico. Secuencia de argumentos meta-autodestructivos.

PRESENTISMO:

PRESENTISMO: Usted entra a un loft inmenso donde se toca música de todo tipo sólo para darse cuenta de que ha olvidado la razón inicial por la que está allí en primera instancia. El espacio está repleto de objetos tan disímiles como interesantes, pero usted sin querer se ha distraído mirando por la ventana una nube que, qué curioso, avanza más rápido que sus demás hermanas. Avanza hacia el centro de la habitación saludando con timidez a un grupo de personas que apenas lo miran, le sonríen y lo olvidan; al poco tiempo voltean a verlo nuevamente como para asegurarse de que usted en efecto entró en el espacio. Hay carreras de caballos en una pantalla de plasma tipo ultrafiberbright, lo cual es bastante curioso en un lugar así, pues habitualmente para ese tipo de espacios resultan mejores tv’s de pequeños tamaños como 22, 26 y 32 pulgadas; auque, bueno, una desventaja en este tipo de pantallas de gran tamaño, como 42, 45, 50, y hasta 70 pulgadas, son la alta concentración de calor que emanan, lo que no es muy confortante para un usuario que guste de largas horas de televisión o juegos de video, a menos, claro, que viva en una zona de temperaturas bajas, donde la conjunción de la televisión y la calefacción sea quizá de gran ayuda. Si consideramos los precios en ascenso de la energía, y sopesamos la crisis económica, lo menos que uno pueda gastar es mejor. De hecho, considérelo un momento, es probable que en un futuro cercano las necesidades humanas nos empujen de nuevo al nomadismo, al forrajeo y a la reinstauración de la doma de animales, como caballos y sus familiares lejanos, los camellos; pero, hombre, qué está diciendo, para conseguir un camello en estos días, con la mala fama de las empresas de envíos, no importa cuántas pegatinas de “frágil” e pusieran al paquete, seguramente su camello llegaría como mercancía dañada; sería mejor que usted viajara hasta el camello para asegurar su bienestar. Pero no se equivoque, tendría que ir bien preparado, un camello sin domar no puede viajar, de tal suerte que usted debería quedarse con él hasta sentirse capaz de controlar al animal, obviamente el mayor reto será soportar las altas temperaturas del ecosistema del camello, sin mencionar la falta de agua. No obstante, mucho agua tampoco hace bien, todos conocemos lo molesto que es salir a la calle en un día soleado y que de improvisto un nubarrón venga a aguarnos el día…

PRESENTISMO: Cuando yo era niño me preguntaba frecuentemente por qué…, después me aburrí. ¿En qué estaba?