lunes, 21 de diciembre de 2009

Un email interesante

A continuación les dejo algo que recibí hace poco a mi correo. La razón por la que decidí publicarlo en un post especial es porque me interesa que ustedes, amables u hostiles lectores, opinen y decidan al respecto:

El individuo:

Me parece un aspecto valioso el hecho de que te hayas tomado el tiempo para inventariar estos nuevos rasgos del sujeto moderno, y aún más, para etiquetarlo bajo un neologismo (cuando menos en términos de arte). Sin embargo creo que tal etiqueta es inadecuada. En vez de Presentismo, creo que lo tuyo es un neocostumbrismo específico.

Antes de hablar sobre mi postura, quisiera hacer una observación sobre la tuya.

Noto cierta inconsistencia en tu forma de construir al sujeto; por un lado dices que es un ser voluble, afianzado al zapping del mercado y del presente; pero por otro lado, insistes en que la definición de los contenidos se hace cada vez más volátil, cosa que se deriva de la naturaleza del sujeto y la manera instantánea en que éste se vuelca sobre muchos vértices.

Incluso, tu propuesta se inclina más hacia esta segunda parte que te describo, y en dado caso ¿Qué sentido tendría construir una plataforma estética en relación con un sujeto que es, en el mejor de los casos, un ente vacío?

Retomando mi punto de vista, si partimos de un principio elemental sobre el costumbrismo que sugiere que la realidad contiene al sujeto y a los objetos, pero es éste, el sujeto, el que transforma al objeto. Cabría, entonces, la idea de que aquella dispersión vital no es inherente a la naturaleza humana, sino el producto de una voluntad constantemente actualizada por las posibilidades de la comunicación e incomunicación. Así, un teléfono celular, un Iphone, una laptop o el televisor de un establecimiento, serían instrumentos fortuitos de esa voluntado y no instancias del aislamiento y la rutina.

Por otra parte, si llevamos cualquiera de las escenas que describiste como ejercicio literario, a un referente gráfico, ¿qué ves? Yo, de la forma más lineal, un cuadro de costumbres. Por ejemplo: 3 chicas se sientan en una mesa, y se ponen a escribir algún mensaje con celular hasta que a alguna se le ocurra de qué hablar.

Tal vez sería otra cosa si replantearas la construcción estética, no como un producto catalizador de lo inasible, sino como una representación fragmentada del ser.

No sé si así resulta una nueva vanguardia, pero, cuando menos, dejará de ser neocostumbrismo.

Abrazos


Diego

1 comentario:

  1. En un tiempo de vacuidad temporal y de oscurecimiento del lenguaje, es necesario recomponer y re/ crear la subjetividad. La crisis del sujeto depués del posmodernismo globalizado, se centra en la nominación de entidades que aparecen como nuevas con vocablos antigüos. Esto es solo apariencia. Disiento de ambas propuestas, la del "neocostumbrismo" de Diego y del " Presentismo" aquí expuesto. Como dice Clement Greenberg, .."las vanguardias imitan los procesos del arte, el kitsch, sus efectos" .. Realmente creo que la propuesta aquí discutida es un nítido ejemplo de Kitsch contemplativo, ya que esta sustraído de la función comercial del arte, pero no de su referente.

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